lunes, 21 de abril de 2014

A veces.

A veces, las cosas tienen que cambiar para que mejoren; aunque a veces empeoren, también hay que llorar para ser feliz o incluso matar para sonreír, pero matar a besos o de amor, a polvos o a hostias, pero que sean hostias con un toque suave, que expresen sentimientos, como de cariño.


A veces, hay que desaparecer de un lugar para saber quién pregunta por ti o se preocupa por ti, si no se preocupa ni pregunta nadie, no vuelvas, o vuelve pero no dirijas la mirada a esas personas porque no van a dar nada por ti, no valen la pena.


A veces, hay que tragarse el orgullo para estar bien, hasta cuando no tienes razón y crees tenerla y dejas de hablar, hasta cuando te han hecho mucho daño o cuando es tu peor enemigo, métete el orgullo y traga, échale cojones y olvida lo ocurrido.


A veces, hay que contar tu vida escribiendo en un lugar para que vean cómo estás, aunque no interese, pero bien que lo leen.


A veces, y no debe de ser a veces, sino nunca, se llora, se sufre, se grita, se pega... ¿por qué debe de existir esas cosas si son feas? debería existir un mundo a lo contrario de todo eso, feliz resumiendo todo.


A veces, y sólo a veces, te escribo, o quizá siempre, te escribo para saber de ti, para enamorarme más de ti, para recibir mi dosis de droga, que eres tú, y te vuelvo a escribir, que te echaba de menos.


A veces, te quiero, digamos que siempre.


A veces, te olvido, pero eso es nunca.


A veces, sólo a veces, es sin a veces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario